no es país para viejos crítica película

No es país para viejosDirección: Ethan Coen y Joel Coen.
Reparto: Josh Brolin (Llewelyn Moss), Tommy Lee Jones (sheriff Bell), Javier Bardem (Anton Chigurh), Woody Harrelson (Wells), Garrett Dillahunt (Wendell), Kelly Macdonald (Carla Jean), Tess Harper (Loretta Bell).
Guión: Joel Coen y Ethan Coen; basado en la novela de Cormac McCarthy.
Producción: Joel Coen, Ethan Coen y Scott Rudin.
Música: Carter Burwell.
Fotografía: Roger Deakins.
Montaje: Roderick Jaynes (pseudónimo los Coen).
Diseño de producción: Jess Gonchor.
Vestuario: Mary Zophres.
País: USA
Año: 2007

El actor patrio Javier Bardem quería un papel en el que poder plasmar su capacidad interpretativa (algo por otra parte normal tras el recital de Mar adentro y la floja a mi entender Los fantasmas de Goya), y los hermnanos Coen se lo han dado y el resultado no puede ser más satisfactorio para ambas partes, con varias nominaciones para los Oscar 2008 que se entregan la noche del domingo al lunes, entre ellas la de mejor director y mejor actor secundario, y Bardem tengo el pálpito que se lo va a llevar.

Basada en la novela de Cormac McCarthy, ganador del Premio Pulitzer el año pasado por su novela «La carretera», publicado en Mondadori, se muestra ese juego del gato y del ratón, los dos con apariencia humana donde corre la sangre sobre tierras resecas por el sol, en el estado tejano.

Un soldador aficionado a la caza, encuentra llevado por su curiosidad, un maletín con mucho dinero, en la escena de un crimen, con cadáveres esparcidos sobre el suelo y sobre los vehículos. Esa decisión de apropiarse de lo ajeno y la considerable suma objeto del hurto marcará su destino irremediablemente.

Saltan las alarmas y un psicópata, que no es otro que Bardem es contratado para dar caza al ladrón y restituir el dinero a sus propietarios. El cazador y su presa son personas vivaces, perspicaces, inteligentes y bregadas en el dolor, así que el psicópata lo tendrá más complicado de lo que presume en un principio y le costará más tiempo del deseado darle caza. Mientras tanto, va segando de la faz de la tierra la vida de numerosas personas, que sin haberle hecho nada, se cruzan simplemente en su camino y eso apareja la muerte, a no ser que una moneda prorrogue su existencia.

BardemEl ladrón tiene una pareja y el psicópata le recomienda por teléfono que le entregue el dinero si quieren salvar el pellejo. En ese trajín, esa caza humana que tan bien recreó la película Apocalypto, se nos van dos horas de película. En este festival sangriento participa con voz cantante un agente de la ley ya veterano, en la hora del desguace, el cual se plantea pasar a la reserva, mientras nos hace partícipe de sus sueños filiales y pensamientos varios, con truculentas anécdotas pasadas, en una bruma onírica de pólvora y casquillos.

La presencia de Javier Bardem es magnetizadora, sus grandes ojos desorbitados, su mirada fija, de aspecto demoniaco, su proceder arbitrario, su matar, sin reflexionar sobre ello, repele y atrae al mismo tiempo. Nada sabemos de su personaje, que es lo que le lleva a matar, por qué acumula tanto odio en su interior, así a pesar de revestir apareciencia humana, parece que nos encontramos antes una maquina, un ejecutor infalible, inalterable, cuyo corazón no se ablanda ante nada de lo que sus oídos registran.

Su duración, casi dos horas, no va para nada en detrimento de la intensidad conseguida, su lento transitar, nos hace disfrutarla aún más, entre ejecuciones, atentos a esa caza denodada, mientras el terreno polvoriento se va anegando de sangre, con el dinero como razón suprema de todas las maldades que los hombres cometemos.

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