Negociador (Borja Cobeaga)


Título: Negociador
Año:2014
Duración; 80 min.
País: España
Dirección: Borja Cobeaga
Guion: Borja Cobeaga
Música: Aránzazu Calleja
Fotografía: Jon D. Domínguez
Reparto: Ramón Barea, Josean Bengoetxea, Carlos Areces, Melina Matthews, Jons Pappila, María Cruickshank, Óscar Ladoire, Raúl Arévalo, Secun de la Rosa, Alejandro Tejería, Santi Ugalde, Gorka Aguinagalde, Nagore Aranburu

Sobre la negociación llevada a cabo entre ETA y el gobierno español en 2005, entre Josu Ternera y Eguiguren como interlocutores, sobre esos hechos reales, Borja Cobeaga dirige y guioniza esta ficción sobre lo que pudieron ser esos encuentros y lo hace desde el humor, con una puesta en escena fea, sin música, con encuadres donde parece que se desatiende a los personajes, porque precisamente ese tono de desenfado, de dejadez, de irrealidad que respira la película creo que es precisamente lo que quería transmitir, ese aire de andar por casa que tan bien transmite Ramón Barea (al igual que Carlos Areces que demuestra de nuevo que es capaz de meterse, y salir muy airoso, en cualquier papel), de quitarle hierro a la cosa, de rebajar los formalismos, de que el encuentro fuera político y no policial y se pudieran ir dando pasos, aunque al principio surgieran, ya de entrada, los escollos del lenguaje. Es muy graciosa la escena en la que la interprete debe traducir al ingles, Pueblo Vasco y Euskal Herria, pues según ello es lo mismo al traducirlo al inglés, Basque Country, si bien para cada uno de los negociadores, el origen del término, no es lo mismo, ni mucho menos. Esa carga de significados que la película maneja y con los que trabaja creo que no llegarán a todo el público, ni mucho menos, y aunque esté basada en hechos reales, la podemos entender como pura ficción donde el acento se pone en lo cotidiano, en la manera en que dos posiciones tan antagonistas, con pistolas de por medio, puede llegar a concurrir, en un alto el fuego.
Me parece una película valiente y arriesgada. Rosales hizo lo suyo, pero su película me resultó mucho más abtrusa que esta de Cobeaga.

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