La doppia ora (Giuseppe Capotandi; 2009)

La doppia oraGénero: Intriga, Drama, Suspense
Director: Giuseppe Capotondi
Guionista: Stefano Sardo, Ludovica Rampoldi, Alessandro Fabbri
Actores: Filippo Timi (Guido), Kseniya Rappoport (Sonya), Antonia Truppo, Gaetano Bruno, Fausto Russo Alesi.
Año:2009
País: Italia
Fotografia:Tat Radcliffe
Montaggio:Guido Notari
Colonna sonora:Pasquale Catalano

La doppia ora es una notable película italiana, rodada en la ciudad de Torino, que mantiene un subyugante clima de suspense desde su comienzo, sostenido luego en las buenas interpretaciones de la pareja protagonista y en un desarrollo de la trama poco convencional, que guarda bajo la manga algún golpe de efecto, que da mayor empaque a la historia, sin hacerla perder verosimilitud. Una película de la que muchos críticos comentan que no parece italiana. Proclive al remake por parte de los americanos. Una película de indiscutible calidad, desasogante como lo era La ragazza del lago.

Sonia es un mujer del este que trabaja como limpiadora en un hotel de Torino. Sin novio, ni pretendientes a la vista, decide acudir a un lugar de citas, donde otras como ella acuerdan encuentros con otros hombres, que las más de las veces acaban con revolcones y sabanas revueltas, más que con compromisos resueltos con anillos de boda.

El caso es que en uno de esos encuentros Sonia conoce a Guido y ambos son víctimas del buen hacer de Cupido. Él trabaja como guardia seguridad de la villa de un ricachón, que será víctima de un robo el día que decide llevarla a conocer su lugar de trabajo.

La actriz Kseniya Rappoport quien ya nos ofreció otra buena interpretación en La sconosciuta, pergeña aquí otro papel de mujer sufridora, quien con gran dominio de su expresión corporal, logra decir mucho con sus ojos, sus miradas, más que con las palabras que brillan casi por su ausencia.
Filippo Timi (Guido), ha visto reconocido su trabajo con una nominación en los premios David di Donatello, que todavía no se han fallado, no por este papel, sino por Vincere.

Más allá de la intriga, de las hechura de thriller, la película abunda en la psicología humana, de ahí que los personajes arrastren como una pesada cruz sus actos pretéritos, un lastre del cual no pueden desprenderse, momentos aciagos que ocuparán sus desvelos, poblarán su pesadillas, ya sea como consecuencia de una relación padre-hija rota por la desconfianza o de un matrimonio truncado por una muerte fatal, personas heridas por tanto, que se abrazan al embrionario amor como vía de luz y redención cuya gestación no estará no obstante exenta de malformaciones, fruto de la traición, como se verá, propio de naturalezas marrulleras y desquiciadas.

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