Los aires difíciles crítica película

Los aires difíciles cartel películaDirección: Gerardo Herrero.
País: España.
Año: 2006.
Género: Drama.
Interpretación: José Luis García Pérez (Juan Olmedo), Cuca Escribano (Maribel), Roberto Enríquez (Damián), Alberto Jiménez (Nicanor), Carmen Elías (Sara), Andrés Gertrudix (Alfonso), Antonio Dechent (Panrico), Pilar Castro (Charo).
Guión: Ángeles González-Sinde y Alberto Macías; basado en la novela de Almudena Grandes.
Producción: Gerardo Herrero, Pancho Casal y Antonio P. Pérez.
Música: Lucio Godoy.
Fotografía: Alfredo Mayo.

Gerardo Herrero dirige su 13 largometraje, y para ello, adapta de nuevo, ya lo hizo en 1996, una novela de Almudena Grandes. Antes fue Malena es nombre de Tango, ahora Los aires difíciles. La película se presentó a concurso en el último festival de Málaga, en donde se llevó la Biznaga de Oro a la mejor película. Meritorio premio teniendo en cuenta el alto nivel de las películas que concursaron: Bienvenido a casa, Un franco 14 pesetas, La dama boba, AzulOscuroCasiNegro, entre otras. Del guión se encarga Ángeles González-Sinde, con quien ya colaboró en “Las razones de mis amigos” y “Heroína«.

El tiempo lo cura todo, o cuando menos cicatriza las heridas, tanto las físicas como las mentales, o eso dicen.
Juan huyendo de un pasado que no quiere mentar (lo que no se piensa se olvida), deja Madrid y se traslada con su sobrina y su hermano disminuido psíquico a un pueblo costero de Cádiz con la esperanza de seguir viviendo, alejado de un tortuoso pasado.

Para explicarnos cómo Juan ha llegado a la situación en la que se encuentra y las razones causantes del traslado, se van intercalando imagenes del presente con escenas del pasado. Al comienzo vemos como Juan, entonces un niño, queda prendado (ya para siempre) de Charo, una joven procaz que lo trae por el camino de la amargura. Comienzan así una relación que se ve torpedeada por el hermano de Juan, Damián, un perdonavidas de pacotilla, que ni come ni deja comer, el cual se mete por medio y aparta a Charo de Juan, al casarse con ella.

Pero como el fuego que Juan y Charo sienten, no se ve apagado por los términos legales de un contrato de matrimonio, siguen viéndose, manteniendo fugaces relaciones sexuales, fomentando una relación basada en el sexo salvaje, que cada vez los hace más infelices, pero ninguno de los dos mueve ficha y se dejan llevar por esa situación desesperada en la que se encuentran (Charo le dice a Juan en una ocasión que es mejor así, que ella es más interesante como amante que como esposa).

La exorcización de los demonios de Juan vienen de la mano deMaribel, la mujer que le organiza la casa a Juan y que poco después le alborotará la cama, al compartir la misma, y de su vecina Sara, una enigmática mujer que nada dice de su pasado y que también está allí para comenzar una nueva vida.

Herrero dirige con tino a unos estupendos actores José Luis García Pérez (Juan Olmedo), Cuca Escribano (Maribel), Roberto Enríquez (Damián), Alberto Jiménez (Nicanor), Carmen Elías (Sara), Andrés Gertrudix (Alfonso), Antonio Dechent (Panrico), Pilar Castro (Charo), que dan lo mejor de sí. Las localizaciones playeras gaditanas, son el lugar perfecto para huir, para recomenzar una nueva vida, dónde proyectar los sueños en el gran azul que se desparrama, irradiado de luz, ante la vista de Juan.

Herrero disecciona bien sus personajes a los que observa desde la distancia sin juzgarlos, para así exponernos la vida de Juan, su tortuosa relación con Charo y con su hermano con el que mantiene una relación de amor-odio, donde vemos a qué atienden los cuidados que Juan presta a su hermano disminuido psíquico, y su miedo a comprometerse, a dar los pasos definitivos, la indefinición en la que nada, la cual supone la perdida de Charo, y su relación con su sobrina con la cual tiene una relación de afecto especial.

Del mismo modo vemos como Maribel, una mujer separada que vive con su hijo, libra su infierno personal, ganando batallas día a día, tratando de que su hijo no sea absorbido por el flujo paterno (por que hay cosas que nuncan cambian), el cual va y viene como la marea, arrimando el ascua a su sardina, cuando oye el tintieno de las monedas en el plato, al tiempo que regala a su amor a cambio de dinero, y entabla una relación con Juan que nadie sabe a donde conducirá (el futuro es de los que se arriesgan).

Quien menos definida está es Sara, alma gemela de Juan, de la que nada sabemos, ni al comienzo ni al final. La película, que es un drama, tiene también sus elementos de suspense, cuando aparece en escena Nicanor, un policía, amigo íntimo de Damián, el cual anda al acecho intentando esclarecer unos hechos (la muerte de Damián) sobre los cuales, los imputados guardan silencio sepulcral, y que se deja caer por Cádiz, buscando lo porqués a sus preguntas.

Herrero hace una película sobria, sincera, bien interpretada, que aborda la naturaleza humana desde varios puntos de vista, tratándola como algo complejo, dotada de múltiples tonalidades. Una naturaleza que entiende de amores, odios, celos, venganzas, traiciones, silencios, fidelidades, pasiones, éxtasis sexuales, desencuentros e impotencias, catarsis emocionales, fustraciones y portazos. Una estupenda película que exuda vida. Debía haber sido una de las películas seleccionadas para los Oscar en lugar de Alatriste. De todos modos que iban a escoger Volverestaba cantado.

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